EL ESPANTO DEL PANOPTICO. Es un espanto
de la antigua Penitenciaría de Tunja, en el antiguo convento de los
Agustinos, hoy en ruinas. Aparecía en los viernes santos y el 2 de
noviembre de los difuntos; las gentes veían salir de la antigua
sacristía de la iglesia, la extraña figura de un monje que se dirigía a
lo largo del corredor. Si alguien se interponía al monje, éste se le
avalanzaba y lo arrojaba al patio con violencia. Veían un fraile vestido
de negro con capucha y mangas anchas, con un cordón o cinto al lado; al
verlo encontraban una calavera bajo la capucha.
EL PERRO DE SAN FRANCISCO. Se trata
del espanto del perro de piedra que existía en el antiguo convento de
San Francisco, el cual pasó posteriormente al Batallón Bolívar. Este
perro era de gran tamaño y se presenta sentado mirando hacia el muro
oriental. Los tunjanos creían que en horas avanzadas de la noche, se
sentía un extraordinario terror cerca del perro: escuchaban sus
aullidos, el arrastre de cadenas, ladridos terribles y ojos con fuertes
luces.
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